9 animales con narices sorprendentemente extrañas
Respirar y oler no son las únicas cosas para las que sirve la nariz. En el mundo animal, sirven para mucho más: desde protuberancias en forma de tentáculos que buscan comida, hasta herramientas para comer y beber, pasando por pinzas y señales de apareamiento, la nariz es un componente importante para la supervivencia de estas nueve criaturas, que van desde los peces hasta los primates.
Lunar de la nariz de la estrella
Los 22 tentáculos, o rayos, que componen el superpoderoso sentido del olfato del topo de nariz estrellada hacen de este mamífero uno de los más rápidos buscadores de la naturaleza. Una adaptación debida a la escasa vista del topo, que utiliza las protuberancias para encontrar rápidamente comida -a menudo pequeños gusanos y peces- y tocar hasta 12 objetos por segundo. A diferencia de otros topos, el topo de nariz de estrella puede nadar y olfatear bajo el agua. Es poco probable ver a cualquiera de estos mamíferos en la naturaleza, ya que pasan la mayor parte del tiempo bajo tierra.
Mono de nariz corta
Hay cinco especies de monos de nariz respingona, y todas ellas tienen la misma nariz plana con orificios nasales anchos y orientados hacia delante. El mono de nariz dorada (en la foto) vive en la región montañosa nevada del suroeste de China. Se cree que el diseño plano y las aletas de la nariz pueden proteger al mono de la congelación. El mono narigudo dorado está en peligro de extinción y las amenazas provienen principalmente de la pérdida de hábitat debido a la agricultura y el turismo.
Elefante
Cuando se piensa en narices inusuales, los elefantes pueden ser las primeras criaturas que vienen a la mente, aunque sus trompas hacen mucho más que olfatear. También pueden tocar, saborear y respirar con sus troncos, así como recoger ramas, utilizar sus troncos como tubo en los días calurosos y alcanzar frutos lejanos. Cuando los elefantes nadan, pueden utilizar su cómoda trompa como un esnórquel incorporado. Las fosas nasales de un elefante están situadas en el extremo de su trompa, y su sentido del olfato puede detectar una fuente de agua hasta 12 millas de distancia.
Mono Proboscis
En lo que respecta a los primates, la nariz más larga pertenece al mono probóscide, con una longitud de casi 7 pulgadas. La nariz mejora la calidad de las vocalizaciones del mono. Los machos, que tienen un morro más grande, emiten un fuerte graznido para atraer a las hembras. El mono probóscide, endémico de Borneo, también se encuentra en Brunei, Indonesia y Malasia. Este primate prefiere las zonas boscosas, incluidas las tierras bajas y los pantanos, y está en la lista roja de la UICN como especie en peligro de extinción.
Pez elefante
El pez elefante, que puede alcanzar una longitud de 14 pulgadas, se encuentra con mayor frecuencia en el fondo de las regiones de agua dulce de África. Su largo olfato es muy útil para buscar comida. Un informe publicado en la revista Journal of Experimental Biology muestra que el pez utiliza la electrolocalización para rastrear la comida. Otro dato curioso: la nariz es en realidad una barbilla, y tiene electrorreceptores que permiten al pez orientarse en la oscuridad.
Paloma mensajera
La capacidad de la paloma mensajera para encontrar el camino de vuelta a casa desde cualquier lugar parece poco menos que milagrosa para los que seguimos perdidos en Manhattan. Se creía que el rasgo del GPS procedía de las neuronas ricas en hierro del pico del ave, pero esa teoría ha sido desmentida. Los científicos creen estar más cerca de la respuesta con una investigación que relaciona la activación de las células del tronco cerebral en el oído interno cuando las palomas se exponen a campos magnéticos. Esto les ayuda a encontrar el camino de vuelta a su nido personal desde más de 1.000 millas de distancia.
Rata gigante africana con pico
Las tareas de rastreo de bombas ya no son sólo cosa de perros: un grupo de gigantescas ratas de bolsa africanas también salen al campo para rastrear e identificar minas terrestres. Aunque las ratas tienen un sentido del olfato tan fuerte como el de un perro, son mucho más pequeñas, de 9 a 17 pulgadas de largo, lo que sigue siendo bastante grande para una rata, lo que les permite navegar por espacios reducidos con mayor facilidad.
Tiburón martillo
Al igual que otros animales de esta lista, el tiburón martillo utiliza su prominencia para algo más que olfatear. También es capaz de sujetar a sus presas favoritas (rayas) antes de comérselas. La protuberancia del tiburón martillo incluye las fosas nasales del tiburón, que están más separadas en este pez que en otros tiburones. Los científicos creen que las fosas nasales espaciadas podrían ayudar al tiburón a percibir a su presa con más precisión que otros tiburones, porque la distancia entre las fosas nasales le ayuda a juzgar la dirección del olor.
Oso
El hocico de un oso no parece nada especial, pero lo incluimos porque debajo de su exterior medio hay un mecanismo de olfateo que es siete veces más potente que el de un sabueso y 2.100 veces mejor que el de un humano. Este carnívoro tiene un tiempo limitado para abastecerse de comida antes de hibernar, lo que significa que utilizará su sentido del olfato a su favor.